Aimé recibe una carta de la niña apadrinada en la India remitida a Nuria, su hija fallecida, y decide ir personalmente para cumplir dos objetivos: explicarle a su ahijada la razón por la que no ha vuelto a tener noticias de Nuria e intentar superar su grave crisis personal.
Después de muchas reflexiones, el médico decide viajar a la India con el objetivo de conocer a Rinku y explicarle en persona las razones de la interrupción de los envíos de cartas.
Aimé consigue llegar a la ciudad en la que vive la niña después de superar los obstáculos que la lengua y el propio país ofrece al turista occidental. El encuentro casual con Sira, una empleada de la ONG, le llevará hasta la sede de Intervida y posteriormente a la escuela donde, gracias al apadrinamiento, Rinku puede estudiar. Una vez allí, Aimé es informado de la desaparición de la niña desde hace 15 días. Lo que para Sira es algo normal en un país como la India para Aimé es un golpe más en su mala suerte. Lejos de abandonar y volver a España, el médico decide quedarse y encontrarla allí donde esté. Está será además la manera de hacer balance personal e intentar buscar una salida a la profunda crisis personal en la que se encuentra inmerso.
Andrés, un delincuente, monta un robo al depósito judicial de vehículos como tapadera para cumplir su verdadero objetivo: rescatar algo que su jefe, un capo del narcotráfico, le ha pedido que encuentre. Al ser descubierto por Claudio, uno de sus compañeros y precisamente hermano de su novia, Andrés no tendrá más remedio que dispararle para hacerle callar.
jueves, junio 14, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario